sábado, 3 de agosto de 2013

EL VINO DEL DESIERTO (ENTREVISTA A FERNANDO MIR CASAUS)



Hablar del vino es comunicar sus regiones y paisajes únicos, descubriendo las historias de sus gentes. Los Monegros es un lugar que conserva un peculiar patrimonio acompañado por un paisaje estepario y único en Europa, cubierto de cerros, llanuras y barrancos y salpicado de pequeñas balsas de agua salada. Descubrir Monegros es adentrarse en la historia de una zona viva y pujante con personas que a través del trabajo y el esfuerzo han sabido sacar adelante a sus familias.
La vid tiene un lugar especial en la zona ya que durante muchos años se cultivó y se hizo vino para el consumo propio. Este territorio y su gente tienen mucho que enseñar al mundo, explorando las sensaciones que buscan los grandes aventureros y descubriendo una parte de la historia del vino en Aragón. Degustar sus vinos es adentrarse en su terruño usando los sentidos para catar sus minerales, tierra, especias, flores y hierbas. Los vinos de Monegros han empezado su andadura, y con el proyecto de Fernando Mir y su Vino del Desierto consiguiendo el reconocimiento de propios y extraños, encontrando su lugar en el fantástico mundo de la vid.
Fernando Mir
C.S/ Muchas gracias por invitarme a la bodega y comenzar esta cordial entrevista. Cuéntame un poco la historia familiar de la bodega y cómo has llegado a vincularte y a engancharte tanto en este proyecto.
F.M/ Realmente, este proyecto, el inicio se basa en el año 2001. Mi familia no es que sea de tradición vitícola, mi abuelo era agricultor y como tantos otros agricultores de esta comarca se había dedicado a la agricultura extensiva, que antaño con mi abuelo y bisabuelo tenían 3 Ha de viñedo aquí, en Lanaja. Llegado el momento, decidieron arrancar las viñas. La base del proyecto radica en volver a revitalizar la fama y la cultura que tuvo el vino en los Monegros. Aquí,  antes de que llegará el canal de los Monegros, antes de que llegara el regadío, en los años 50 más o menos, era una comarca que mayor número de Ha de viñedo había en todo Aragón, está documentado; era una zona muy pobre, la escasez de agua era brutal y por lo tanto los cultivos que había eran los cultivos de secano: olivo, almendro, cereal y sobre todo la vid. Muchas familias tenían la vid como un complemento económico a la agricultura, otros lo tenían como consumo propio. Y sobre todo la vid como un complemento económico a la agricultura que tenían, otros lo tenían para como consumo propio….prácticamente se dedicaban a ello, a nivel de trueque o a nivel monetario. Como decía, igualmente cada familia cultivaba dos o tres hectáreas de viñedo, pero cuando llegó el regadío, como la gran mayoría de los agricultores de esta comarca, decidieron arrancar la vid. Entonces, partiendo de esta base, en el año 2001, con mi padre y mi abuelo decidimos plantar una viña por hobby, una viña pequeñita, 2000 m2. A mi padre le gusta mucho el mundo del vino. Fue lo que me enganchó a mí en este mundo de la viticultura. Siempre me había gustado mucho el mundo del campo, pero nunca me había dedicado profesionalmente a ello.
Fernando Mir - Carlos Schölderle
C.S./¿Cuál es tu profesión? ¿Qué estudios tienes?
F.M/ En el año 2001, cuando comenzamos con este proyecto, yo estaba estudiando en Zaragoza. Estudié la Diplomatura en Ciencias Empresariales. Cuando comencé en el mundo del vino, lógicamente comencé a formarme ya más profesionalmente, con diferentes cursos. La formación principal que hice en este sector fue un Máster en Viticultura, Enología y Marketing del Vino, en Logroño, La Rioja. Durante 2 años que fue la base en la que me asenté para iniciar dicho proyecto. Llevo más de 12 años dedicado a la viticultura. Siempre me he ido formando en el mundo de la viticultura porque siempre he creído que en el 95 % de una botella es la vid, es la uva. Si tú cultivas bien tus viñedos, con mucho cariño, con mucho amor, con mucho tesón, puedes elaborar grandes vinos. Siempre he creído que en Los Monegros hay una gran materia prima, nuestra uva, por la condiciones climatológicas, como por el tipo de terreno que tenemos aquí, pero nunca ha habido una profesionalización en las bodegas. Hay que avanzar siempre un poquito. En definitiva lo único que hay que hacer es mimar y cuidar el vino en bodega, no dejarlo que haga lo que quiera, sino acompañarlo hasta que prácticamente se embotella. Ahora, continuando con la formación, este año, voy a realizar un ciclo formativo de grado superior en Cariñena de vitivinicultura, durante dos años para asentar más las bases a nivel técnico, a nivel enológico sobre todo, a nivel de bodega. Para complementar mi formación a nivel técnico.
C.S./¿Cómo es el curso que vas a realizar en Cariñena y qué es lo que esperas de él?
F.M/ Se podría decir que es el paso previo a la Licenciatura en Enología, la formación anterior, más básica y trata de lo que es el campo, de lo que es la viticultura y sobre todo del proceso en bodega. Tiene una duración de un año y medio y luego son 3 meses de prácticas en bodega. Trata un poco de todo de la viticultura: variedades de uva, fisiología del suelo, tipos de cultivo, tipos de formación y luego en enología, aparte de todo el proceso de elaboración del vino, las cosas fundamentales en la toma de decisiones: cuando estás catando un vino, cuánto tiempo tiene que tener en la barrica, si lo tienes que estabilizar de alguna forma. Son aspectos, más que nada, técnicos.
Carlos Schölderle - Fernando Mir

C.S./ Dime, ¿te han facilitado la evolución y el proyecto, para llevarlo a cabo, desde el Gobierno de Aragón, te han brindado alguna ayuda, o has tenido que buscar ayuda externa?
F.M/ En la bodega, como persona individual que soy solicité tres ayudas financieras. Tres subvenciones que son a fondo perdido: Una como joven agricultor, que dándote de alta como joven agricultor tienes unas ayudas tanto para compra de maquinaria, compra de tierras, etc. Otra ayuda de los fondos europeos LEADER gestionados por el Centro de Desarrollo de los Monegros, que la subvención que he podido recibir ha sido tanto para la construcción de la bodega como para la maquinaria. Otra ayuda ha venido por el INAEM por la promoción del empleo autónomo. A nivel financiero existen estas ayudas, aunque no soy partidario de las subvenciones anuales, sí del “empujón” que te puedan dar desde la administración al inicio de una actividad, porque sino es muy complicado. Las personas que tenemos ideas e iniciativas, no todos tenemos capacidad económica. Los que empezamos de cero como nosotros, ya que somos una familia humilde y trabajadora. Ese primer “empujón” yo lo veo muy interesante y necesario porque al fin y al cabo, las empresas son las que generamos actividad económica en todos los sentidos. No creo en subvenciones anuales, sólo por tener tierras, etc. Creo que es una forma adormecer a una empresa, que se paralice sus ganas de emprender y de tener ideas y no creo que sea positivo. No he tenido otro tipo de ayudas. La burocracia es brutal de todo tipo de trámites para iniciar cualquier actividad, no solo a nivel fiscal sino a nivel de licencias para montar la actividad, licencias de agricultura, licencias de sanidad, licencias de industria, millones de papeleos…
C.S./ En vez de facilitar complican el desarrollo de la empresa……
F.M/ Entre licencias antes de empezar la construcción, yo he estado casi un año entero para montar la empresa, sólo a nivel de papeleos, de trámites, que tienes que esperar… En ese sentido no es que sea muy ágil la Administración. Pero si tienes ganas e ilusión puedes con todo ello.
Fernando Mir
C.S./ Cuéntame qué es AVIMO y cómo has llegado a ella.
F.M/ AVIMO es la Asociación de Viticultores de los Monegros. Se creó en el año 2009 por la propia iniciativa de diferentes viticultores de la comarca con el objetivo de que el mundo del vino de esta comarca no desapareciera del todo. Porque si antaño había casi 4000 Ha de viñedo por la comarca de los Monegros, ahora, según el Gobierno de Aragón, hay unas 260 Ha, muy poquito, y cada vez va mas en retroceso. En mi pueblo, cada año veo arrancar una viña, y a mi eso me entristece bastante. La idea de esta Asociación, creada también con el empuje de la Comarca de los Monegros, es paralizar ese retroceso del cultivo de la vid y volver a revitalizar la fama y su cultura. El único problema que hay en la asociación es la falta de gente joven. Yo estoy como presidente de la asociación, tengo 33 años, y la persona más joven detrás de mí tiene casi 50 años. No hay gente joven que toque este tipo de cultivo, hay muchos agricultores, efectivamente, pero agricultores de cultivo extensivo que no apuestan por la vid. Está un poco paralizado el tema por esta circunstancia. La mayoría de los viticultores que hay, excepto la bodega en la que estamos ahora que se dedica profesionalmente a ello, son todos viticultores de fin de semana que tienen otros trabajos y que lo tienen como hobby. Ese es el problema. Si hubiera 2 o 3 bodegas que se dedicaran a nivel profesional, se podrían hacer cosas muy interesantes. Pero hoy en día esto no sucede. Sí que se han hecho cosas, diferentes actividades, se ha participado en diferentes ferias, pero como no hay esa continuidad de gente joven que empuje detrás y eso lo complica bastante. Otro de los objetivos de la Asociación fue el intentar la certificación de Vino de la Tierra, que es el paso previo…
C.S./¿Esto hace referencia a los Vinos de Pago?
F.M/ No. En España hay cinco escalas en el mundo del vino. Están los Vinos, antes llamados “Vinos de Mesa” que ahora según la legislación europea ha desaparecido la palabra “mesa”. Ahora es Vino, en general. Luego están los Vinos de la Tierra, en Aragón tenemos 6 zonas conocidas como Vinos de la Tierra. Luego están las Denominaciones de Origen, en Aragón tenemos las 4 conocidas.  Después están las Denominaciones de Origen Calificadas, que en España solamente hay dos. Y por último están los Vinos de Pago. En España creo recordar que solamente hay 14 bodegas. Es algo individualizado, no es una zona, es bodega por bodega.
Entonces, uno de los objetivos de la Asociación era conseguir esa certificación de Vinos de la Tierra, que es el paso previo a una Denominación de Origen, pero ya tiene un cierto reconocimiento, una cierta calidad. Debido a que no hay ese número de bodegas que puedan representar a los Monegros, ese tema se ha paralizado un poco. Soy partidario que de hoy en día a nivel comercial, a pie de calle, hay mucha gente que se guía por el tema de la Denominación de Origen, Somontano, Rioja, Rivera del Duero… la gente se fija en lo que es una imagen, una imagen de marca (perfecto por los que lo han conseguido) Pero yo veo que el pertenecer a una Denominación de Origen a nivel de cada bodega, estás atado de pies y manos. Cuando perteneces a una Denominación de Origen hay un consejo regulador que es el que marca las pautas del juego. Marca las variedades de uva que puedes cultivar en esa zona si quieres pertenecer a dicha zona, el tiempo que tienes que tener tu vino en la barrica si lo quieres denominar Crianza, Reserva o Gran Reserva, con diferentes pautas. Son los que te marcan todo. Nosotros aquí en Monegros, no es Vino de la Tierra, es Vino, en general y nuestra bodega va por libre.  Yo soy el que decido las variedades de uva, decido el tiempo que tiene que tener mi vino en la barrica. Se puede decir que es un vino de autor, porque soy el que decide todo, controlo obviamente la normativa sanitaria y la normativa de industria, pero es un vino totalmente hecho a nuestra manera. Nuestra forma de trabajar las viñas, de una manera artesanal y por supuesto en bodega y nadie nos marca nada. Vamos por libre. Es vino de autor. Y el nivel de imagen de marca, aunque no somos una D.O., nuestro vino, el Vino del Desierto, es el vino de los Monegros.
C.S./ Quiero que me cuentes la historia de por qué llegaste a la marca del Vino del Desierto.
Fernando Mir


F.M/ Los Monegros es una comarca que fuera de Aragón, yo diría que es la comarca más conocida. Mucha gente la conoce por el Festival Monegros Desert, que al fin y al cabo nos ha ayudado a que nos dé una cierta imagen de marca, pero la gente nos conoce por el desierto. En la comarca tenemos el slogan “El desierto vivo de Europa”. Es una comarca que aunque ahora, efectivamente, a nivel agrícola hay muchas hectáreas de regadío, pero siempre ha sido una comarca en la cual el tipo de terreno que tenemos aquí es un terreno muy duro, la climatología: es una zona muy árida, muy complicada, con un carácter muy marcado y es algo que estamos explotando al máximo. Es un vino que nace y que se cría y se elabora en esta tierra, en los Monegros, y de ahí viene el slogan: es el vino de nuestra tierra, el vino de los Monegros, el Vino del Desierto. Nuestro slogan está registrado en la Oficina de Patentes y Marcas a nivel nacional e internacional y es nuestra bandera.
C.S./¿Cuál crees que es tu mayor defecto? Lo que piensas sobre tu relación con la tierra con tu trabajo y con la bodega.
F.M/ Llevo años que me apasiona lo que estoy haciendo. Es el sueño de mi vida hecho realidad, y el defecto es que quizás no le dedico el tiempo que es necesario a la familia, porque para mí esto no es un trabajo, ni un proyecto empresarial, es un proyecto de vida y quizás soy demasiado perfeccionista en el sentido de que quiero que mi empresa funcione al máximo, necesito controlar todos los aspectos de mi empresa, yo mismo y eso puede ser un defecto. Quizás debería delegar algunas funciones. En un futuro, cuando la empresa crezca y tenga personas a mi cargo, sé que me va a costar delegar, porque toda la bodega ha salido de mis manos, TODO. Cualquier cosa que puedas imaginar lo hago yo. Todo. Entonces es un posible problema a tener en cuenta en el futuro, porque me costará encontrar a alguien que yo vea que tenga esa capacidad de estar conmigo, de trabajar, 10, 12, 15 horas diarias como puedo hacer yo y que realmente esté involucrado.
C.S./¿Cuál es tu mayor virtud?
F.M/ Tengo tantas: (risas) Para mí, la fundamental es la constancia. Soy una persona muy constante, muy trabajadora, muy luchadora, no me rindo fácilmente y quizás las facetas de mi vida profesional que no sean tan positivas pero a base de trabajo, de esfuerzo y dedicación las he podido sacar adelante. Constancia y tenacidad es mi lema.
Fernando Mir


C.S./ Cuéntame el proyecto a largo plazo y lo que quieres hacer en la bodega. Y cuál es la mayor diferencia que le encuentras  a la competencia con respecto a tu vino.
F.M/ La producción que tenemos en nuestra bodega está entorno a las 7 u 8 mil botellas. Tenemos una capacidad de cerca de las 10 mil botellas, con las 3,7 hectáreas que tenemos, y a nivel producción nos vamos a quedar aquí. La filosofía que hemos planteado siempre es que el Vino del Desierto en un futuro, a medio y largo plazo sea reconocido a nivel mundial. Soy muy ambicioso y voy a apostar por ello, y quiero que dentro de unos años nuestra bodega sea conocida como esa bodega chiquitina, en un pueblo allí perdido en los Monegros, en la comunidad de Aragón, y que sea un vino con un gran prestigio a nivel internacional.
La base de nuestro vino, aparte de la cata organoléptica normal y corriente, la diferencia que le aporta a nuestro vino el de otros es la zona en la que nace, donde nace, donde se cría, etc. Tanto a nivel climatológico como a los tipos de terrenos.  Los Monegros es una comarca muy dura, muy extrema, muy diferente a cualquier otra, no solo en Aragón, sino del resto de España, con unos condicionantes climatológicos, sobre todo en invierno. Son inviernos muy  duros, veranos muy calurosos. Todo esto influye en que nuestras uvas tengan un carácter muy marcado, un carácter muy especial muy diferente al de otras zonas. Lógicamente todo repercute en la calidad de nuestro producto final, en la calidad de la uva y en la calidad del vino. Nuestras viñas están todas al 100% en secano, no regamos absolutamente nada y todos estos condicionantes hacen que el rendimiento de nuestras cepas sea muy bajo. Estamos produciendo una media de unos 800-900 gr por cepa y este nivel tan bajo hace que los grano s y los racimos de nuestras cepas sean muy chiquitines, por lo tanto son vinos muy concentrados, con una gran cantidad de aromas, una gran cantidad de color, vinos con unos matices muy diferentes, vinos muy complejos, y nos hace diferenciarnos de nuestras competencia. El 80% de nuestras uvas son variedades locales, autóctonas, porque son las que siempre se han cultivado, las que mejor están adaptadas a este tipo de terreno, y las que mejor pueden expresar las características de nuestros vinos. Eso es importante para nosotros. Las variedades foráneas que hemos plantado, antes de ello, hemos analizado por el tipo de suelo y la climatología si realmente tenían capacidad de aguantar estos condicionantes tan complicados. Y luego la forma de trabajar. Es una forma de trabajar muy artesanal, no estamos certificados como cultivo ecológico pero nuestra filosofía es esa, cultivo ecológico incluso vamos más allá, con todo el tema del cultivo biodinámico, trabajamos con los astros, con las lunas. Al fin y al cabo es intentar respetar todo lo que nos rodea, respetar la naturaleza, que haya un equilibrio perfecto, tanto en viña como en bodega, y eso es la base. De las 8mil botellas que hemos hecho este año, las 8000 han pasado por nuestras manos, tanto a la hora de elaborar el vino en la bodega, se hace todo tan manualmente que eso repercute en la calidad de nuestros vinos.
Carlos Schölderle - Fernando Mir


C.S./¿Qué haces en tu tiempo libre?
F.M/ Ir a picar la viña… Soy joven, tengo 33 años y tengo amigos que solo están esperando que llegue el viernes para desconectar de su trabajo y olvidarse de todo. Eso para mí es un problema. Hoy en día yo no tengo que desconectar de nada, porque no estoy enganchado a nada, realmente todo lo que hago es mi vida, es mi pasión y disfruto con ello. Por lo tanto, no necesito desconectar. Hay veces que después de tantas horas, ya no saturado no solo mentalmente, sino físicamente, necesitas descansar, pero no por desconectar, sino por cargar las pilas para seguir afrontando este proyecto. Cuando realmente lo haces por ti, que es tu mayor ilusión, y que es tu sueño, no supone ningún esfuerzo…  de esta manera se lleva bien…
C.S./   lo estás haciendo con gusto…..
F.M/ Exactamente, “sarna con gusto, no pica” De esta manera se lleva muchísimo mejor. En mi tiempo libre me voy a ver ferias de vinos, me voy a ver bodegas, por llamarlo tiempo libre…Pero vaya, sí tengo muchas aficiones. Me encanta la montaña, me encanta la música, hago muchísimas cosas, no sólo estoy todo el día con el vino, Pero realmente este sector es muy social, muy gastronómico, estás siempre rodeado de gente, estás siempre haciendo catas de vinos, siempre comentándolo, alrededor del vino. Realmente mi vida es el vino. Lo tengo clarísimo
C.S./ Fernando, muchas gracias por la entrevista y nos veremos en las catas y en las maravillosas  viñas del Vino del Desierto. In vino veritas longae vitae!))

NUESTROS VINOS:



Sed - Tinto

Añada: CRIANZA 2011
Paraje: “Sardiruela”, al abrigo de la Sierra de Lanaja. Altitud: 450 – 500 m.
Tipología de suelos: Tierras de cascajo, calizos, con yesos.
Año antigüedad viñedo: 1954 - 2001
Fecha vendimia: Principios de septiembre de 2011.
Recolección: Manual en cajas de 10 Kg. con selección de uva en campo y bodega.
Rendimiento: 900 grs. / cepa
Producción limitada de: 6.466 Botellas.
 Variedades: Garnacha (50%) – Mazuela (35%) – Syrah (15%)

SENSIBLE A DECANTACIÓN NATURAL

Características:
Sed – tinto no ha sido filtrado ni tratado por frío, por lo que puede ser sensible a producir sedimentos naturales, garantizando así su pureza, aroma y armonía. Ha sido envejecido durante 7 meses en barrica de roble americano.


Duna - Blanco

Duna - Blanco

Añada: JOVEN 2012
Paraje: “Sardiruela”, al abrigo de la Sierra de Lanaja. Altitud: 450 – 500 m.
Tipología de suelos: Tierras de cascajo, calizos, con yesos.
Año antigüedad viñedo: 1954
Fecha vendimia: Principios de septiembre de 2012
Recolección: Manual en cajas de 10 kg. con selección de uva en campo y bodega.
Rendimiento: 1.200 grs. / cepa
Producción limitada de: 1.674 Botellas.
Variedades: Garnacha Blanca (70%) – Alcañón (30%)

SENSIBLE A DECANTACIÓN NATURAL

Características:
Duna - blanco no ha sido tratado por frío, con un suave filtrado que puede ser sensible a producir sedimentos naturales, garantizando así su pureza, su aroma, su armonía.
 
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