domingo, 24 de noviembre de 2013

Entrevista a Pago AYLÉS

El Pago siempre rememora el terruño, lugar único y sensible. La fantástica comunión con la viña y su entorno eso es Aylés, una bodega que añade a sus vinos la experiencia y esfuerzo de su gente. Lo demás es historia y ¡vaya si la tiene!. Vinos con personalidad hechos con cariño, respetando su entorno, con aromas a naturaleza viva. El deseo de un gran hombre se hizo realidad en Aylés: su visión, amor al vino y el campo ha dado sus frutos. La Bodega y sus vinos recorren el mundo con la frente bien alta y el trabajo bien hecho. Salud!))

Imagen tomada de la web Pago Aylés

Pago Aylés

Entrevista mantenida en la Bodega Pago Aylés con Inmaculada Ramón Reula, miembro del Consejo de Administración y Directora de Elaboración y Félix Moreno Valiente, Director Comercial.
Inmaculada Ramón Reula
Félix Moreno Valiente

Pago Aylés

C.S.        Muchas gracias por la invitación y concederme la entrevista
I.R.         A ti por venir
C.S.        Cuéntame, ¿cómo nace el proyecto AYLÉS? Sabemos que en 1992 se compra la finca, y se llamaba Bodega “Señorío de Aylés”
I.R.         No, la finca se llamaba Aylés, sólo Aylés. Aún no estaba la bodega. Se ha llamado Aylés siempre, los primeros documentos que encontramos se remontan al S. XII.
Pago Aylés
C.S.        Y el nombre ¿sabéis de dónde proviene? ¿es un nombre árabe?
I.R.         No, la “Y” marca como castellano antiguo, porque ahora apenas se utiliza en los nombres, pero no sabemos de dónde es. Es más, si escribes “Aylés” en un buscador de Internet salen muchas personas con el apellido Aylés, así, tal cual suena y lo encontramos en Estados Unidos y en Inglaterra, ¡fíjate si quedan lejos!  En el Polo Norte hay un iceberg con el nombre de Aylés. Nos gustó mucho el nombre. Es muy sonoro, es corto y cuando se hizo la bodega pensamos llamar directamente al vino “Aylés”
C.S.        Es curioso.
I.R.         La verdad es que sí, es un nombre curioso. A mí me gustaría saber de dónde proviene el topónimo. Quizá pregunte en la Universidad a ver si me pueden ayudar a averiguarlo, porque es un nombre muy singular.
Pago Aylés

C.S.        Sí, la verdad es que es un nombre singular.
F.M.      Un historiador hizo un estudio y encontró la documentación donde iba saliendo el pueblo.
I.R.         Sí encontró el nombre del pueblo pero no lo que puede significar el nombre o de dónde viene el nombre.
C.S.        La bodega en sí, esto era una zona donde había monjes cistercienses establecidos.
I.R.         Sí, en esta zona.
Pago Aylés

C.S.        ¿Tenían establecido un convento aquí?
I.R.         No, convento no hubo. Esto era una zona que roturaron ellos. Toda esta zona era musulmana y cuando la conquistaron los soldados, los monjes iban como de avanzadilla, iban labrando, roturando, plantando... La finca Aylés entonces ya existía como tal, ya la llamaban Aylés y fue cuando comenzaron a plantar viña, olivo, cereal… los típicos cultivos de la zona. Hubo unos años que sí que coincidieron los monjes cistercienses en el Monasterio de Rueda y  en esta finca. Posteriormente, la finca pasó a manos de la nobleza y durante unos siglos estuvo en sus manos. Tras ellos la finca pasó a manos de una familia que la mantuvo hasta que la descubrió mi padre a principios de los 90. Lo más curioso es que después de tantos siglos la finca se mantiene intacta, no ha sido dividida en parcelas más pequeñas. Aylés es una finca muy grande, tiene 3.000 Ha y sigue estando “en una sola pieza”. Durante mucho tiempo fue aldea, municipio propio, y ahora depende de Mezalocha.  La finca se compró en el año 1992.  Estaba muy dejada, hubo que poner en marcha prácticamente todo, lo cual a mi padre le gustó mucho porque era un enamorado del campo. Estamos en el año 2013 y empieza a lucirse todo el trabajo y el esfuerzo hecho por mi padre y seguido luego por todos nosotros, pero fueron muchos años de duro trabajo…
C.S.        Contadme los 20 años que lleváis en la finca…
I.R.         Primero hicimos un estudio de aprovechamiento de la finca, de lo que podíamos hacer con ella, de ver lo que iba a funcionar mejor. La viña enseguida salió, obviamente, porque esta zona es de mucho viñedo, con  tierras estupendas para ello y enseguida nos ilusionamos con el proyecto. Las primeras plantaciones son del año 1995.
Pago Aylés

C.S.        ¿Qué tipo suelo tenéis?
I.R.         Arcilloso-calcáreo como en casi toda la zona. Dentro de la finca, en el estudio de zonificación que tenemos, hay distintas parcelas que tienen distinta composiciones de  tierras. De hecho, hay zonas aptas donde se permite plantar viñedo de Pago y hay otras que no. Dentro de  las 3000 Ha. de Aylés, no todas tienen la calidad exigida para hacer una plantación de Pago.
C.S.        ¿Cómo habéis llegado a la categoría Vinos de Pago?
I.R.        Cuando llevábamos ya con la bodega unos 5 años, mi padre se empezó a dar cuenta del potencial tan bueno que teníamos aquí, que lo que nos habíamos imaginado se estaba haciendo realidad. Le hablaron de los Vinos de Pago, de los requisitos que había que cumplir, que solamente se daban en Castilla y se dio cuenta de que Aylés cumplía prácticamente con todos ellos. A partir de ahí, tuvimos que demostrarlo, hubo que hacer unos estudios de tierras, de zonificación, llevado a cabo por ingenieros agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid. Las conclusiones que se extraen de este estudio es que la finca tiene un microclima propio y unas tierras excelentes para el cultivo de la vid. Tenemos unas características propias que hacen que la finca sea única.
            Otro estudio hecho por la Universidad de Zaragoza, sección de Química Analítica de la Facultad de Ciencias, avaló la singularidad de los vinos de Aylés. Tanto el análisis sensorial como el análisis químico de los componentes del aroma, afirman que nuestro vinos son especiales aromáticamente y diferentes a los del entorno. En definitiva y resumiendo mucho, que de esas tierras que son especiales y  diferentes, se obtiene un vino diferente.
Pago Aylés

C.S.        La finca es un espacio protegido ¿verdad?
I.R.         Sí, es un espacio protegido tanto de fauna como de flora por la U.E. Y hay mucha diversidad. Deben de vivir muy bien aquí, porque ¡no se van! Les gusta mucho Aylés. Están tan a gusto entre las uvas…   Todo eso se nota en la personalidad del  vino. Sus aromas nos expresan la variedad de flora que tenemos alrededor. Mi padre se dio cuenta de que cumplíamos todos los requisitos. Pero la normativa no es nacional, sino dependiente de las CC.AA. Entonces, en Castilla La Mancha sí que había Vinos de Pago, y en el resto de España aún no había. Después de hacer esos estudios, que simplemente el de zonificación duró un año y medio de trabajo, pedimos la solicitud a la D.G.A. Resultó un trabajo muy duro y muy largo.
C.S.        ¿Cómo nace esto del Pago?
I.R.         Por querer diferenciarnos, por querer tener un plus de calidad.
Pago Aylés

C.S.        Además de las D.O. en España, ¿por qué se crea el Pago?  En este momento, incluyéndoles a Uds. hay 15 en España. Hay mucha gente que esto no lo sabe. P.ej. en Asia y en otras partes del mundo no se conoce esto. Me gustaría que lo explicases.
I.R.         Nos hemos dado cuenta, tras 3 años trabajando con el Vino de Pago, que todo el esfuerzo invertido mereció la pena. Estamos muy contentos. Aunque también te das cuenta de que el consumidor no sabe qué es un Vino de Pago.  La definición de Vino de Pago: Paraje o sitio rural con características edáficas y de microclima propio, que lo diferencian y lo distinguen de otros de su entorno (…) de cuyos viñedos se obtienen vinos con rasgos y cualidades singulares (…)
            Un vino de Pago tiene que cumplir por definición unos requisitos, de la tierra, un microclima especial; que en esa tierra especial tienes plantadas unas viñas que van a dar una uva diferente, porque están allí, uvas que van a producir un vino también único y singular que se va a diferenciar de los de alrededor. Eso es un Vino de Pago. Lo que ocurre es que además de todas esas cosas, necesitas cumplir con muchas obligaciones relacionadas con el proceso de producción, de elaboración, de calidad, de embotellado…al final, todo lo que te avale máxima calidad.
C.S.        Esto ocurre solamente en España ¿no?
I.R.         Sí, pero es como el Chateau Francés, que las diferenciaciones están en la tierra, son distintas a las nuestras.
F.M.      También existen otros requisitos territoriales y geográficos, quiero decir, para ser un Vino de Pago la bodega debe de estar en el viñedo y éste debe estar perfectamente acotado. No se puede tener un Pago  X, si mi bodega está aquí y el viñedo a 15 km.
Pago Aylés

C.S.        ¿Siguen estando dentro de la D.O. Cariñena?
F.M.      Hay parte de nuestro viñedo que sí que pertenece a la D.O.
I.R.         Sí, otro de los requisitos que hay que cumplir es que el viñedo tiene que tener un mínimo de antigüedad. Y actualmente no todo nuestro viñedo lo cumple, por lo que con esas viñas no podemos elaborar Vino de Pago y sí vinos con DO. 
F.M.      Bajo mi experiencia, la manera más directa y sencilla de explicar todo esto al consumidor final, es indicando que un Vino de Pago se traduce en  la “diferenciación”; nuestros vinos son distintos a cualquier otro vino que se produce en nuestro entorno. Este es el quid de la cuestión.
I.R.         Yo creo que es lo más importante: diferenciación.
F.M.      Por todo lo que implica esa diferenciación es como si fuese una denominación de origen propia. Hay D.O. Rioja, D.O. Rias Baixas…D.O. Pago Aylés. La diferenciación implica que Aylés es una denominación de origen en sí misma. Única y exclusiva. ¿Dónde posicionas esto? Pues con el sistema piramidal de calidad que existe, lo ponemos arriba.
I.R.         Porque somos pocos los que conseguimos cumplir todos los requisitos de calidad y singularidad que se requieren.
F.M.      Comparándolo con el sistema de vino francés, sería similar al Grand Cru Classe francés. Es la forma más sencilla de explicar qué es el Vino de Pago al importador de otro país.
Pago Aylés

C.S.        El hecho de ser una “D.O. propia” ¿no tenéis un apoyo externo? Una bodega que está en una D.O. tiene el apoyo del grupo de la D.O…
I.R.         Ya te entiendo. No, en este caso nosotros estamos solos.
C.S.        O sea, por un lado es una diferenciación, una exclusividad, pero aparte es una responsabilidad.
F.M.      Exactamente, dependemos exclusivamente de nosotros, para lo bueno y para lo malo.
I.R.         Pero también nosotros somos los únicos que queremos que el vino esté estupendo…porque es “nuestro vino”. Es un nivel auto exigido. Somos los mayores interesados y responsables de que nuestros vinos gusten mucho y así mantener nuestra reputación.
Pago Aylés

C.S.        Me ha encantado la explicación, es muy clara. ¿Cuál es la cepa más antigua que tenéis plantada en la finca?
I.R.         Tenemos unas de los años 40, de garnacha blanca. Cuando mi padre compró la finca ya estaban.
C.S.        Y esa ¿está dentro del terreno de Pago?
I.R.         No, esa no está dentro de Pago. De hecho hay muy poquitas vides y no las utilizamos ahora. Tienen ahora un rendimiento muy bajo.  La primera plantación que hizo mi familia es del año 1995. Pero en Aylés siempre ha habido viña.
C.S.        ¿Qué variedades habéis plantado?
I.R.         Garnacha, Tempranillo, Merlot, Cabernet. Estas fueron las primeras variedades que plantamos, las primeras 25 Ha. Luego se siguió con Chardonnay, y con Syrah, y queremos plantar un poco más. Queremos seguir las plantaciones con garnacha. Poco a poco… despacito y con buena letra…
C.S.        Qué vino es el más han vendido hasta el momento y que mejor aceptación ha tenido en el mercado?
I.R.         El Aldeya Garnacha.
F.M.      Esta es una pregunta con trampa. El que más se vende es el de mejor relación calidad-precio, dada la situación económica actual. El que más aceptación…creo que un poco todos, distintos entre sí, para públicos y momentos distintos.
Pago Aylés

C.S.        ¿Cómo habéis planteado la exportación? Es un trabajo muy complicado en estos momentos.
I.R.         Sí, es muy complicado. En un principio Aylés exportaba muy poquito, era todo consumo nacional y en estos momentos exportamos aproximadamente un 65-70% de la producción. Hace unos años que nos dimos cuenta que las cosas se complicaban en el mercado nacional y supimos que algo había que hacer: cambiar nuestra política comercial.
C.S.        ¿Les ha afectado la crisis? ¿de qué manera?
I.R.         Obviamente que nos ha afectado, como a todo el mundo.
Inmaculada Ramón Reula

C.S.        Uds. vieron que había una crisis en ciernes y se dieron cuenta de que tenían que salir a vender ¿no? ¿Cómo lo habéis hecho, haciendo una piña toda la bodega?
I.R.         Exactamente, así fue. Los esfuerzos se centraron en la exportación. Comenzamos a salir más a otros países. Hubo que ampliar plantilla para dar apoyo al Departamento Comercial. Yendo no sólo a ferias nacionales, sino a otros países: Alemania, Reino Unido, Malasia…a presentar el vino al mundo.
F.M.      Para nosotros ha sido anticíclico. Llegó casi al mismo tiempo el reconocimiento del Vino de Pago y los momentos más duros de la crisis que atravesamos en España. Pero teníamos la idea prefijada de que íbamos a echar toda la carne en el asador cuando el reconocimiento de Pago llegase. La crisis no nos ha restado esfuerzo ni ilusión, sino todo lo contrario, cuanto más duro estaba el tema,  la propiedad y el equipo de bodega  puso más esfuerzo y más confianza en un proyecto que no ha sido algo instantáneo, de 2 o 3 años, estamos hablando de un proyecto de 10-15 años. Seguimos haciéndolo ahora la crisis nos ha hecho empujar más: ¿hay crisis? Si no quieres taza, taza y media, encima de que somos maños (risas) somos cabezotas. La crisis nos ha dado más fuerza que afectarnos negativamente.
Pago Aylés

C.S.        Esto es importante porque la gente debe saber que el trabajo sin sacrificio, no es nada. Hacer dinero en un año ó en dos y me retiro, no existe.
F.M.      Este proyecto no es casual.
I.R.         Llevamos 20 años de trabajo detrás y se están viendo los frutos desde hace muy poco tiempo. Han sido muchos años de mantenerse, seguir trabajando y tener la convicción de hacerlo. Y hay momentos en que llegas a pensar ¿me estaré equivocando? Pero ya hemos dicho que somos maños, y estábamos empeñados en algo que creemos que es importante. Se tienen momentos de todo, pero la verdad es que después de haber trabajado tanto y después de mucho tiempo, te da una gran satisfacción ver que has llegado a esto, ¡y hay que seguir trabajando! Queda mucho camino por recorrer, esto sólo es el principio. Al final, aquí hay 15 personas trabajando y podemos vivir todos de este proyecto, eso es algo que hay que tener en cuenta.
C.S.        Eso es una gran responsabilidad, darle trabajo a tanta gente.
I.R.         Si que lo es. No es una empresa de 500 personas, pero que 15 familias vivimos de la bodega y esperamos que más en el futuro.
Pago Aylés

C.S.        Y además el entorno, este entorno está vivo, y lo está, ¡¡¡porque la bodega está aquí!!!
I.R.         Exacto, así es.
C.S.        ¿Qué parte de la producción la vendéis en el mercado nacional?
I.R.         Pues si la exportación es un 65-70%, el nacional es un 30-35%. También hay que decir que el mercado nacional ha aumentado notablemente estos tres últimos años y sigue aumentado más gracias al Pago; antes el mercado era prácticamente Zaragoza.
F.M.      Sí, y ahora estamos cubriendo aproximadamente el 70% de España.
C.S.        ¿Y qué tipo de vinos? ¿Más de alta gama? ¿O hay de todo?
F.M.      Hay de todo. Nuestra gama alta es el “3 de 3000”. Pero por su precio no es un vino para diario, obviamente. La gama media-alta la componen el 70% de nuestros vinos, representando el vino de Pago aproximadamente un  33-35%. Y es en este terreno donde nos movemos.
C.S.        ¿Qué producción tenéis en botellas?
I.R.         Exportación  en botellas aprox. 400.000 botellas, en total unas 600.000 botellas, dependiendo de la producción del año. Este año, ¡la cosecha tiene muy buena pinta!
Pago Aylés

C.S.        La cosecha de este año ¿va a ser como la del año 2004?
F.M.      Es muy pronto para hablar, aunque puede estar entre la del 2004 y la del 2000.
C.S.        ¿Cómo veis el futuro y qué planes tenéis a largo plazo?
I.R.         El futuro que veo y nuestros planes deben ir juntos, queremos seguir creciendo y fidelizando a nuestros clientes, que nos conozcan, reconozcan y sigan trabajando y confiando en nosotros. Desde nuestros importadores a nuestros distribuidores y sobre todo el consumidor final que es quien nos examina cada día. Nuestro reto es mantener nuestras relaciones durante mucho tiempo y que la persona que beba un Aylés reconozca nuestro estilo y calidad. Si conseguimos esto estaremos muy satisfechos.
C.S.        ¿Cuántas personas trabajan en la Finca?
I.R.         Quince personas normalmente, pero cuando hay momentos de trabajo puntuales, por ejemplo en la época de poda, hay que meter una cuadrilla de 20 personas para ayudar. Pero en el día a día somos 15. Que para ser  campo, es una buena plantilla.
Pago Aylés

C.S.        ¿Queréis agregar algún mensaje?
I.R.         Espero que hayamos podido transmitir el mensaje más importante. Que quede clara la explicación de “qué es el Vino de Pago”, por el desconocimiento que hay. Que la gente lo reconozca como diferenciación y calidad. Que se sepa que hay mucho trabajo detrás.
C.S.        ¿En la bodega trabajáis toda la familia?
I.R.         Sí, trabajamos la familia, y sin que suene cursi, todos los que trabajamos nos sentimos familia.
C.S.        Sí, se nota
I.R.         Entre nosotros tenemos muy buena relación, tenemos casi todos las mismas edades. Todos pasamos por las mismas situaciones personales similares. Estamos aquí todos los días juntos. Lo más importa de Aylés es eso, el grupo de personas. Tener un equipo bueno de gente es muy importante, es lo mejor que te puede pasar. Hay que cuidar la viña muy bien para que luego te salga un mejor vino, pero tener confianza en la gente con la que trabajas es una gozada. Siempre hay problemas, pero con gente de confianza, se afrontan mucho mejor las situaciones y se encuentran las soluciones.
F.M.      Es un lujo. Es algo que no se puede valorar.
Pago Aylés

C.S.        La importancia de esto genera energía al exterior.
F.M.      Todo se transmite. ¡Hasta el vino lo nota!
I.R.         Sí, se nota en el producto. Si no se trabaja a gusto, se hace “mala uva” y con “mala uva” no se puede hacer buen vino (risas) Cuando veo a gente que está tan mal con sus trabajos, que lo pasan tan mal…me da apuro decir que yo no estoy mal, que estoy encantada de la vida. Y no es que viva en un mundo irreal, que tenemos también problemas: el cliente que se te enfada, qué pasa con este depósito que no termina de fermentar, una máquina que se estropea y la reparación cuesta un dineral…Que todos tenemos nuestras noches en vela.
F.M.      Y el negocio del vino, que no hay dos años iguales…Esto es lo maravilloso. Se te presentan retos día a día.


C.S.     Muchas gracias por la entrevista. In vino veritas, longae vitae!))



                                                              http://www.pagoayles.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario